Hace mucho tiempo, había un campesino llamado Juan Diego. Él vivía en México durante el siglo dieciseis y un día, en 1531, mientras caminaba cerca la Colina de Tepeyac, vio una aparición de un mujer. Ella le dio que era la Virgen María, pero quería que él se llamara Guadalupe. Debido a su posición en la religión católica, ella también le pidió que construyera una iglesia en su honra. Inmediatamente, Juan Diego fue al arzobispo de la ciudad para contarle que pasó. Comprensiblemente, él no creyó su cuento.
A pesar de esto, Juan Diego seguirá creyendo y la Virgen de Guadalupe se apareció a él una otra vez y le dijo que no dejar de intentar. Él fue a ver el arzobispo por una segunda vez, pero necesitaba prueba. Juan Diego le dijo esto a la Virgen cuando vio a ella de nuevo, y ella prometió un indicio el día próximo. Pronto, el tío de Juan Diego se enfermó y el muchacho no podía buscar su indicio. La virgen habló con él una última vez para darle que su tío era mejor, y ella le dio un retrato a él dentro su tilma. Cuando el arzobispo vio este, creyó Juan Diego y con tiempo, la iglesia fue construida.
No comments:
Post a Comment