Un Cuento de Halloween

     Cuando era niña me encantaba Halloween. Siempre me gustaba vestirme en los disfraces como las princesas o las brujas. Halloween me permitía ser alguien que yo querría ser. También mis amigas les gustaba vestirse en los disfraces únicos.

     Hace cinco años, fue un Halloween corriente. Mis amigas y yo decidimos ir afuera para el truco o trato a las siete en una calle dónde se puede recoger los dulces muy grandes. Nunca fuimos a esa calle y tenemos mucha excitación. Como siempre, me vestí en el disfraz de Belle, en un vestido amarillo. Nosotros caminamos por las calles; estuvimos llamando a las puertas y recibiendo los dulces. Nosotros notamos que en el comienzo de la noche, había muchos hijos que estuvieron haciendo el truco o trato. Pero, como treinta minutos después, no los vimos. Aunque como la noche continuó, menos hijos son afuera porque necesitan acostarse, nosotros supimos que no todos de los niños fueron en sus casas. Pensamos que por lo menos debe hay algunos niños afuera. Pero, esta noche, hay nadie. Pues nosotros caminamos y vimos una calle oscura. Nosotros seguimos la vereda hasta llegamos una casa grande. Fue muy alarmante y nos dio miedo, sin embargo nosotros fuimos en la casa. Oímos los ruidos y caminamos por la casa. Finalmente, nosotros vimos cien niños en una habitación muy grande. Ellos estuvieron gritando en terror. Mis amigos y yo los rescatamos y los trajimos a sus casas. Nosotros los dimos nuestros dulces.

     Después de esa noche, tengo miedo todos los Halloweens. Aunque, todavía me encanta Halloween.