En el pasado, había una niña llamada Chuquette. Al principio, no había nada especial de ella. Se veía sosa, con mejillas cachetonas y pelo rizado pelirrojo. Sin embargo, un día en escuela todo cambió. El profesor de Chuquette estaba enseñando a su estudiantes de los Juicios de Salem cuando ella decidió que quería hablar con sus espíritus. Esa noche, Chuq joven salió de su casa y a la medianoche, fue al cementerio con su tabla ouija. Ella no sabía que encontraría.
El segundo que Chuquette puso sus manos en la tablita, la pieza voló por el cementerio y contra el suelo. Allí, un cadáver empezó a levantarse y transformarse en el diablo él mismo. Repentinamente, la niña no pudo moverse mientras Satán caminó hacia ella. Él puso su mano en la cabeza de Chuquita y antes mucho tiempo, ella estaba transformándose en un muñeca. Aunque el diablo hacía este para castigar ella, Chuq usaba su forma nueva para atormentar a la gente por doquier y ella se encantaba. El diablo había creado Chuqqy.
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