Desafortunadamente, hace dos años, mi abuelo paterno murió. Él se llamaba Jim, y vivía en San Diego, California. Cuando era niña, lo visitaba todos los veranos, cuando toda mi familia se reunía. Él le encantaba viajar, cantar, pintar en óleo, y hacer actividades al aire libre. Mi abuelo era muy generoso, amable y siempre tenía una sonrisa en su cara; por este propósito, lo extraño mucho, y su muerte me impactó mucho. Oí la noticia sobre su muerte cuando estaba en mi habitación. No podía ir a california porque tenía que ir al colegio, sin embargo mi padre y yo fuimos a San Diego dos meses luego, y había una ceremonia para mostrar respeto. La familia y los amigos de mi abuelo fueron a la iglesia de la localidad y ellos dijeron refranes relacionado de mi abuelo. La iglesia era bonita, y estaba situada en la playa hermosa. Hoy en día, tengo una pintura de mi abuelo colgando en la pared de mi habitación, en su honradez. La muerte de mi abuelo era un tiempo triste en mi vida, pero me alegra que yo podía conocérlo.
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